El roscón de reyes es el postre navideño que siempre esperamos con mucha ilusión y ganas de probarlo. Yo creo que es el postre de navidad que gusta a casi todo el mundo. Aunque sea un trocito pequeño todos lo probamos. Su textura tierna y esponjosa y sobre todo las aromas te transportan en otro mundo. Os reto que lo hagáis vosotros también en casa. Con esta receta seguro vais a triunfar.
Ingredientes para la masa:
470 g harina
12 g levadura seca de panadero o 25 g fresca
120 ml leche
140 g azúcar
ralladura de una naranja y un limón
4 cucharadas agua de azahar
3 yemas
pizca de sal
120 g mantequilla
Para el relleno:
300 ml nata liquida o crema para batir
6-7 cucharadas azúcar glace
Para decorar:
frutas escarchadas, almendras troceadas, azúcar
Modo de preparar:
Rayamos la piel de una naranja y la de un limón. Solo la parte naranja y amarilla, porque la parte blanca es amarga. Todos los ingredientes tienen que estar a temperatura ambiente. Calentamos la leche a unos 32-34ºC. Sobre la leche añadimos la ralladura de los cítricos, el azúcar. Removemos un poco y luego añadimos la levadura y el agua de azahar. Removemos bien para que se disuelva la levadura. Yo he utilizado levadura seca pero si no la tenéis podéis utilizar de la fresca. Ponemos la mezcla con la leche en un bol, yo he utilizado la amasadora. Pero se puede hacer fácilmente a mano también.
Arrancamos la amasadora y sobre la leche añadimos las yemas de huevo. Dejamos que se mezclen bien y luego añadimos gradualmente la harina. Ponemos también una pizca de sal. Cuando la harina ya está incorporada y se ha formado la masa la dejamos amasar unos 5 minutos más. En el caso que se hace a mano se amasa unos 10 minutos para desarrollar el gluten.
Después añadimos la mantequilla gradualmente mientras que amasamos. Seguimos con el amasado hasta que la mantequilla se haya incorporado muy bien en la masa. Untamos la mesa de trabajo y las manos con un poco de aceite calentito y sacamos la masa del bol. La amasamos ligeramente para darle la forma de una bola. La colocamos dentro de un bol que hemos untado con aceite y cubrimos con papel film y unos paños de cocina. Dejamos la masa que fermente en un sitio calentito entre una hora y media-dos horas. Dependiendo de la temperatura que tenéis en casa puede tardar más o menos.
Cuando haya doblado su tamaño se saca la masa del bol sobre la mesa y se amasa ligeramente para sacarle el aire. Luego se le da forma de bola y se tapa con el bol. La dejamos en reposo 10 minutos antes de hacerle el agujero en el medio y darle forma al roscón. Después apartamos el bol, introducimos un dedo en el medio de la masa y empezamos a abrir. Podemos coger la masa entre las dos manos y la giramos para abrir el agujero y darle forma al roscón. O también podemos darle forma directamente sobre la mesa. Colocamos el roscón en la bandeja del horno que la hemos forrado con papel vegetal o sulfurizado. Arreglamos la masa para que este redonda y también con las puntas de los dedos introducimos la base de la masa en el interior para que el roscón mantenga su forma durante el horneado.
Cubrimos la masa de nuevo con papel film y la dejamos fermentar otra vez durante una hora o un poco más. Hasta que doble su tamaño. Después untamos el roscón con huevo batido y lo decoramos a nuestro gusto. Con frutas escarchadas, almendras crudas y un poco de azúcar humedecido. Se pone una cuchara de azúcar en un bol y se añade una cucharadita de agua. Se remueve bien y con el azúcar humedecido se decora el roscón.
Se lleva al horno precalentado a 180ºC-356ºF para unos 20-25 minutos aproximadamente o hasta que esté dorado por encima. Luego se saca y se deja enfriar sobre una rejilla.
Después se puede rellenar con nata, crema de trufa o crema pastelera. Cada uno con lo que le guste.
Yo he montado la nata con azúcar glace. Mucho cuidado cuando vais a montar la nata, tiene que estar esponjosa al final y muy cremosa. Pero no os paséis en batirla porque luego se puede cortar y ya no sirve. El punto optimo de batido es cuando la nata ya está firme y forma surcos al levantar las varillas.
Se corta el roscón por la mitad de modo igual y se aparta con cuidado la parte de arriba. La parte de abajo se rellena con la nata. Yo la he puesto en una manga pastelera para darle un aspecto bonito. Pero si no la tenéis, simplemente con una cuchara se rellena el roscón con la nata. Luego se coloca por encima la otra capa del roscón y se presiona ligeramente.
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Ah, se me olvidaba, si queréis esconder el haba y el regalito dentro del roscón tenéis que envolverlo en papel film y colocarlos dentro de la nata antes de poner la segunda parte. Presionamos un poco sobre el roscón para que la parte de arriba se una con la nata. Y ya está listo para servirlo y disfrutarlo junto la familia. Como habéis visto la receta es muy fácil y cuanto más casero mejor.