Mérida y sus encantos

Hola a todos. ¿Que os parece si hoy os presento el lugar donde vivo? Le conocí por la primera vez en el año 2015 cuando vine un fin de semana de visita. Ha sido como viviría en la época de los romanos. Sí, es así como lo digo. Desde el principio me di cuenta que nunca había visto tantas cosas romanas en un mismo sitio. Estoy hablando de Mérida, capital de la provincia de Badajoz, que pertenece a la Comunidad de Extremadura, España. Según los datos históricos fue fundada como colonia romana en el año 25 a.C. por el orden del emperador Octavio Augusto. Desde el año 1993 su conjunto arqueológico fue declarado por la Unesco patrimonio de la humanidad.
Empezamos con ver el Acueducto de los Milagros, que es una maravilla, y de verdad es un milagro que después de miles de años siguen de pies como si el tiempo se había quedado parado.  Este acueducto fue construido para traer el agua en la ciudad desde el embalse Proserpina. El acueducto tenia una longitud de 840 metros de arcadas con una altura de 25 metros. Cada año por aquí se pasan miles y miles de turistas que se quedan «de piedra» viendo la obra de los romanos.

El embalse de Proserpina que antiguamente era el principal suministro

de agua para la ciudad Emerita Augusta, hoy en día es uno de los puntos tusisticos de interes, en todas las epocas del año, pero en especial en el verano, donde mucha gente viene a pasar las tardes

calidas y refrescarse en el agua del lago y disfrutar de la naturaleza.

Frente de los acueductos hay un pequeño puente romano que a pesar de las calamidades naturales igual que los acueductos, sigue en buen estado. Desde el puente hay una vista estupenda hacia los acueductos según se ve en la foto.




Bajando hacía al rio Guadiana seguimos el trayecto hasta llegar al puente Lusitania, que su nombre también tiene raice romanas. Es todo un placer de pasear por el puente y disfrutar de la magnifica vista que nos ofrece.



Adelantando por el Paseo de Roma se llega al Puente Romano que también atraviesa el rio Guadiana.
 Consta de 60 arcos y mide unos 790 metros.
Es considerado el más largo de la antigüedad.
El puente se levantó en el mismo tiempo que se estaba construyendo la colonia Augusta Emerita (Mérida) en el año 25 a.C.









A pesar del tiempo y varias restauraciones aún se ve la construcción antigua del puente. Una obra impresionante que atestigua la inteligencia de los ingenieros romanos. Durante toda su historia el puente ha sido dedicado al tráfico rodado, pero en el año 1991 cuando se inauguró el puente Lusitania, pasó a ser de uso peatonal.
Un paseo por el puente en las noches de verano es una verdadera maravilla. 

 En la parte izquierda del puente,  en una pequeña rotonda se encuentra la estatua de la Loba Capitolina que es una reproducción de  «Luperca» la loba que amamantó a Rómulo y Remo según la mitologia romana. La replica fue donada por la ciudad de Roma en el año 1997 a la ciudad de Mérida (ayer Emerita Augusta).


Sin alejarnos del puente romano tenemos a su lado derecho  otro edificio con esencia histórica. Se trata de la Alcazaba Árabe, que fue construida junto al puente romano en el siglo IX, y que según los datos históricos es la más antigua fortificación musulmana de la Península Ibérica.



Subiendo por la calle y dejando  atrás la Loba y la Alcazaba árabe, en menos de 3 minutos llegamos en la Plaza de España, que es un encanto, el aire medieval te envuelve desde la entrada. En el medio de la plaza hay una fuente muy bonita que fue construida en Lisboa a los finales del siglo XIX.


Alrededor de la plaza también hay puntos de interés turístico, como la Concatedral de Santa María, el Ayuntamiento de Mérida, el hotel  de lujo IIunión Mérida Palace


que por  su fachada guarda el aire medieval, y los dos edificios que le compone datan de los siglos XVI y XIX. 
En cualquier época del año la plaza está llena de gente, más los fines de semana, sus terrazas están llenas de gente disfrutando de la peculiaridad de ese sitio. Los niños llenan de alegría la plaza, es el sitio por donde pasan coches solo por dos lados, entonces es un lugar seguro por la parte peatonal, donde los padres pueden dejar los niños a jugar.
Siguiendo el paseo por la ciudad, vamos subiendo por la calle Santa Eulalia, una calle peatonal con mucho significado para los emeritenses (siendo el nombre de la patrona de la ciudad), y que es la más circulada de todo el casco antiguo. En la parte derecha por una calle estrechita subimos a ver otro edificio de interés turístico: el Templo de Diana.


 Según los datos históricos, el templo fue construido a los finales del siglo I a.C. Después de varias restauraciones, hoy en día delante del templo, en el verano, hay varias actuaciones culturales, alrededor del templo en algunas épocas del año hay también mercadillos medievales. Visto de noche esta joya del pleno centro de la ciudad, bien iluminado, impresiona aún más.
La más impresionante y con mucha carga histórica de la época romana es el Teatro Romano.
 



Según aparece en una inscripción dentro del teatro, este fue construido entre los años 15 y 16 a.C. por instancia del cónsul Marco Vipsania Agripa.
En su escenario aún se está actuando cada año, de hecho el Festival Internacional de Teatro Clásico es muy conocido.


Aún es un lujo de poder estar presente en una actuación teatral, en una noche de verano, en los mismos asientos donde los hacían nuestros antepasados hace más de dos mil años.
Al lado del teatro romano encontramos el Museo Nacional de Arte Romano, otro emblema de esa ciudad maravillosa.













En su interior impresionante por su altura, encontramos verdaderas joyas de la época romana. Sus impresionantes estatuas y relieves romanos, las ánforas romanas, los mosaicos y variedades de 


herramientas de la época

no dejan indiferente a nadie. 


Por ultimo os voy a hablar sobre la patrona de la ciudad, Santa Eulalia y su Basílica con el mismo nombre. Es otro emblema de la ciudad.
Según la leyenda Eulalia nació alrededor del año 392 d.C. en una familia romana. Su padre era senador romano, y tanto ella como su familia eran cristianos. 



Cuando ella tenía unos 12 años, apareció un decreto del emperador Diocleciano que prohibió dar culto a Jesucristo. La joven se llevó un gran disgusto, de hecho sus padres conociéndola, decidieron de irse a vivir fuera de la ciudad, en el campo. Pero la niña no soporto esto, y el día 10 de diciembre del año 304, se escapó de casa y se presentó delante de los magistrados, decidida a protestar por lo injusto que le parecía el decreto.
El gobernador Aurelius Ursinus intento de convencerla con regalos y algunas promesas, pensando que se trata solo de una niña, pero Eulalia se mantenía firme y no acepto nada de su parte.
Viendo que no había manera de convencerla, y que la niña seguía hablando sobre su Dios del cielo, el gobernador se enfadó y mandó a torturarla.
Así le quemaron con candelas encendidas las rodillas, les rompieron el vestido y destrozaron sus pechos, la golpearon con varillas de hierro, vertieron sobre ella aceite hirviendo, la arrastraron por las calles de Emérita Augusta, ridiculizando su virginidad. Pero parece que Dios quiso aparecer en estos momentos, dejando una niebla densa sobre toda la ciudad. Con heridas de muerte, la niña Eulalia fue conducida al foro donde le dieron la sentencia a la pena capital. Murió crucificada sobre un madero.
Cuenta la leyenda que después de matarla de su cuerpo salio una paloma blanca que voló hasta al cielo, y después empezó a nevar. La nieve cubrió su cadáver durante días, hasta que unos cristianos le dieron la honrosa sepultura.
En el lugar donde fue ejecutada, en los años 560 se levantó una basílica que lleva su nombre.


Delante de la basílica se construyó un hornito donde se cuenta que descansa la mártir Santa Eulalia.

Desde su ejecución y hasta hoy, en los días cercanos a su festividad 10 de Diciembre, una espesa niebla cubre la antigua ciudad Emérita Augusta. Son «Las nieblas de la Martir».



Espero que os ha gustado el recorrido por esta maravillosa ciudad, que siempre será uno de los lugares con mucho encanto y una impresionante historia. A mí me ha enamorado, de echo de una simple  visita, se convirtió en mi casa, mi ciudad de acogida. No soy emeritense, pero parece que he vivido aquí de toda la vida. 
¿Será que en otra vida he sido ciudadana romana de Emérita Augusta?👸👸



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