Mortadela casera de pollo sin conservantes

Hoy te enseño como hacer mortadela casera de pollo. Está deliciosa y lo más importante, no contiene ningún tipo de conservantes que puedan dañar tu salud. La receta es muy fácil y económica. La mortadela la podemos comer como aperitivo, para cenar, para desayunar o simplemente para preparar un rico bocadillo.

Ingredientes:
1.300 kg de carne de pollo – muslos y pechuga
sal al gusto
pimienta en granos
una cebolla
2 zanahorias
2 dientes de ajo
un poco de apio (tallo o raíz)
14 g de gelatina granulada u 8 hojas
opcional para color remolacha cocida (50 g)
2 cucharadas de aceite de oliva
orégano y un poco de pimienta molida
500 ml de la sopa en la que se coció la carne

Modo de preparar:
La carne puede ser con o sin hueso. Yo usé sin hueso. La corté en trozos más pequeños y la puse en una cacerola con suficiente agua fría. Ponemos la carne a hervir y cuando el agua alcance el punto de ebullición, recogemos la espuma formada en la superficie hasta que el agua quede clara. Luego agregamos las verduras enteras y una cucharadita de sal. Dejamos a hervir la carne durante aproximadamente una hora. Después de que esté cocida la retíramos de la olla y la dejamos enfriar. Si la carne se cocina con hueso, debemos deshuesarla.

Dejamos que la gelatina se hidrate durante 10 minutos en agua fria. Colamos el caldo de pollo. Ponemos medio litro de sopa caliente en un recipiente y agregamos la gelatina hidratada. Mezclamos muy bien para que se derrite. Luego retiramos la carne del hueso si es necesario y la rompemos a mano en trozos más pequeños. La ponemos en el bol del robot o batidora y encima le añadimos la sopa junto con la gelatina. También ponemos la remolacha hervida cortada en trocitos más pequeños y trituramos todo muy bien. Al final, agregamos sal a gusot, pimienta molida, orégano y 2 cucharadas de aceite de oliva. Mezclamos un poco más y la pasta para mortadela está lista. Si no quieres hervir las remolachas, puedes poner dos cucharadas de jugo de remolacha cruda.

Preparamos una botella de plástico de un litro y medio con la parte de arriba cortada y añadimos la mezcla de mortadela en su interior. Luego golpeamos suavemente la botella sobre la mesa para asentar lo mejor posible la mezcla. Cubrimos la boca de la botella con un poco de papel film y la ponemos en el frigorífico por 24 horas.
Al día siguiente, podemos sacar la mortadela de la nevera y usar unas tijeras para cortar el plástico de la botella para que podamos romperla más fácilmente. Ahora se puede consumir. La mortadela está bien cuajada, es tierna y tiene muy buen sabor.

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Pruébala tú mismo, seguro que te gustará. Sobre todo porque es mucho más saludable que la mortadela comprada. Y así es como sabes lo que estás comiendo. Puede durar en el frigorífico una semana. No más porque es un alimento fresco que no contiene ningún tipo de conservantes. Si quieres, puedes hacer una cantidad menor.

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