La primera vez que preparé estos jamoncitos o muslos de pollo al horno con salsa de tomate fue un día que no tenía mucho tiempo para estar en la cocina. Yo los preparé en 10 minutos y los puse al horno. Durante este tiempo me ocupé de otras cosas. Todo salió tan rico que preparo la receta muy a menudo.
La carne muy tierna y jugosa junto con la salsa de tomate es una delicia.
Ingredientes para 2-3 raciones:
5-6 muslos de pollo
una lata de tomates de 400 g
sal y pimienta al gusto
media cucharadita de orégano
media cucharadita de albahaca
medio vaso de vino blanco (caldo de pollo o agua)
opcional un poco de azúcar
una cucharadita de ajo granulado o 2 dientes de ajo fresco
2-3 cucharadas de aceite de oliva o similar
un poco de sal, pimienta y pimentón para sazonar los muslos de pollo
perejil verde
Modo de preparar:
Sazonamos los muslos de pollo con sal, pimienta y pimentón.
En una fuente yena o una bandeja apta para horno, añadimos los tomates de la lata que trituramos antes con una batidora. Ponemos sal, pimienta al gusto y el resto de especias.
Mezclamos muy bien, luego agregamos el vino blanco y mezclamos un poco más.
Si no quieres usar vino blanco, puedes reemplazarlo con caldo de pollo o simplemente agua.
Para reducir la acidez de la salsa, si es necesario, podemos añadir un poco de azúcar, al gusto.
Después de preparar la salsa, añadimos los muslos de pollo dentro y ponemos el aceite de oliva por encima. Mezclamos un poco para cubrir la carne, luego introducimos la fuente al horno durante una hora a 220ºC – 428ºF.
Pasada la media hora, sacamos la bandeja y le damos la vuelta al pollo. Volvemos a introducirlos en el horno para otros 30 minutos. Durante todo este tiempo, la salsa se reducirá casi a la mitad y espesará un poco. Pasada una hora, sacamos los muslitos de pollo del horno y espolvoreamos el perejil picado por encima.
Os recomiendo también esta receta: https://jennyrecetasfaciles.com/brocoli-gratinado-con-tomate-y-queso/
Los servimos mientras aún están calientes. Se pueden acompañar con puré de papa, arroz blanco o simplemente papas fritas. Prepara una buena rebanada de pan para mojar en la salsa. Es tan sabrosa que dejarás el plato limpio. ¡Buen provecho!